miércoles, 6 de enero de 2016

El caso Nery y la teoría de las ventanas rotas.

En 1969 en EEUU, investigadores universitarios realizaron un experimento psico-social. Consistía en dejar dos autos abandonados y con ventanas rotas, en dos barrios diferentes: uno pobre y otro rico. En ambos lugares ocurrió lo mismo con los autos: fueron vandalizados y semi destruidos. Los investigadores llegaron a la conclusión que nada tenía que ver la pobreza con dicho comportamiento, sino mas bien con la psicología humana en su forma de abordar las diferentes relaciones sociales. Ha medida que se van rompiendo los códigos de convivencia, cada integrante de la comunidad entiende la situación como un "vale todo" y se comienza una insana competencia por ver quien transgrede mas los límites.
Pues bien, es lo que ha sucedido con la salida de Nery Dominguez pero como dijo Jack el destripador: vamos por partes.
El juvenil llega a la primera de la mano de Russo con Central en el nacional B, ganándose un lugar a fuerza de talento y sacrificio, y siendo una de las figuras del equipo que ascendió al club luego de tres años en el infierno. Culminado el ascenso y luego de varias idas y vueltas, logra firmar su primer contrato. Un sueldo digno de cualquier trabajador de AFIP, nada grandilocuente como suele creer el socio común.
Es inentendible como un año antes no se sentaron las partes a renovar el vínculo. Ningún dirigente nace sabiendo y como bien contó el ex presidente Speciale en una nota, generalmente aprenden el oficio en los últimos años de mandato. Lo cierto es que por condición expresa de la ex comisión directiva, jugador que no renovaba su vínculo con un año de anticipación, no jugaba en primera. Esta medida se tomó luego de que Nahuel Valentini, se fuera del club una vez ascendido y sin dejar un peso. Habrá que escuchar las razones de Broglia de por que se cambio esta metodología, que venía dando resultados. Lo cierto es que solo se sentaron a hablar con Dominguez 6 meses antes del fin contractual y en una clara posición desventajosa para el club.
Supuestamente desde el club se ofreció un buen contrato, pero que no colmó las expectativas del jugador ni de su representante. Ahora pensemos un poco: si Nery Dominguez se hubiese roto los ligamentos en el preciso momento en que le ponía un bochón Bochinesco a Marco para que empernara por cuarta vez consecutiva a las nenas del rosedal ¿ le hubiesen ofrecido el mismo contrato? ¿O hubiesen salido los directivos a ufanarse de la especulación, mientras Nery rengo y en rehabilitación tenía que firmar nuevamente por el pancho y la coca para poder alimentar a los pibes?
Especularon y les salió mal. Nery terminó siendo por lejos el mejor 5 del país y se plantó a pedir la suya. Se plantó con firmeza y mas teniendo en cuenta que acá varios que están de vuelta se la llevaron en pala sentaditos desde el banco, mientras él la veía pasar. Y mal que le pese al hincha o aunque no lo quiera entender: al fútbol profesional se juega por plata.
Lo sabe Nery; lo sabe Ruben que de estar tirado en Méjico y no meterle un gol ni a la pirámide del Sol hoy para renovar te pide el mejor contrato del fútbol Argentino, lo sabe el Chacho que tantas veces se fue de Central ante una mejor oferta y que estaba en San Luis juntando verdes mientras nos íbamos a la B, lo sabe el Patón que nunca volvió, Pinola al que hubo que comprarle el pase, y sobre todo el grupo de directivos que comanda la tesorería de Central, que cuando el club estaba fundido y descendido ni se asomaron por la puerta, no vaya a ser cosa que les pidieran ponerse la mano en el bolsillo.
Sin embargo la gilada, lo termina puteando a Nery ¿y por que? porque ante la disyuntiva dirigencial entre aceptar el error y tratar de seducir al jugador con una torta de verdes (tortita si se la compara con la de Ruben) o perderlo pero esquivar el bulto, en un excelente homenaje a la historia del escorpión y la rana, actuaron tal cual su esencia: Declararon estupideces ante los medios (como ya habían hecho con Russo antes de jugar la final de Copa Argentina) y lo mandaron a difamar a través de sus sicarios mediáticos y de los estúpidos protocolizados vía redes sociales.
Los jugadores tontos no son y de la misma forma que nosotros conocemos quienes son los que se llevan los sobrinos de la sede para hacer operetas,lo saben ellos y sus representantes.
El resultado fue lógico: se generó un conventillo tan grande, que hoy se nos están mofando hasta en Buenos Aires; vía un audio tan infame como esclarecedor y gracioso. La teoría de las ventanas rotas, ni más ni menos.
Si los que tienen la responsabilidad de tener la cabeza fría, van a seguir usando esos métodos de difamación y apriete ante el primer revés, va a seguir pasando lo que pasó y se va a seguir manchando la imagen del club. Ya lo hicieron en la última final de Copa Argentina, donde después de pedir a Ceballos, salieron a desparramar culpas sin asumir la responsabilidad propia.
Habría que bajar un cambio, entender que para el jugador como el técnico es importante lo económico y no idealizar, sobre todo para no decepcionar a los mas jóvenes.
He visto tantos boludos quejarse hasta de como estaba pintado el estadio, pero todas sus quejas se terminaron en el preciso momento en que les hicieron un lugarcito en la secretaría de prensa, un laburito para un familiar, un protocolito,una cajita con la venta de remeras, o hasta una publicidad de mierda.
Porque si algo caracteriza al Argentino es ser un gran comunista o Peronista, mientras la plata sea ajena. Y la única verdad queridos chichipíos es cuando te ponen 500 lucas arriba de una mesa de negociación. Les aseguro que la mayoría de quienes están difamando a Dominguez, le dan el beso de Judas a Central por muchísimo menos que eso.