lunes, 14 de septiembre de 2015

ABANDONARON DE NUEVO



Punto con sabor a poco. Pero así es el fútbol: a veces nobienen, a veces se gana, a veces se gana, a veces se gana, a veces se gana y a veces también se empata.
Fuimos testigos que para llevarse un puntito, tuvieron que dejar las convicciones en la puerta del Gigante. Ellos que minimizaban los clásicos, aduciendo "otros objetivos" superiores, como "la libertadores del coso" o vaya uno a saber que, porque la realidad marca que desde que volvió papá, no pararon de hacer papelones.
Papelones como el gestito de Bernardi, que aprendió la historia torcida, tan torcida como el escudo que diseño su cuñado para la marca Adidas.
Lo cierto es que en los últimos 20 años, NOB ganó dos torneos cortos; y Central ganó la única copa Internacional de la ciudad. 
Tal vez el gesto humeante del ayer #graciascapitan y del hoy #andateBernardi le sirva como respirador artificial hasta fin de año, cuando sus simpatizantes (que como demostró el último bufandazo cada vez son menos) caigan en la cuenta que no jugaron por nada durante todo el año y que con el "capi" en cancha,se llevan en el bolso cuatro al hilo y un puntito del Gigante. Lo cómico es que para conseguir ese puntito, debieron incendiar la biblia de Bielsa (un decálogo de frases derrotadignistas, que también puede servir como manual de autoayuda para cuarentonas divorciadas) y recurrir al pequeño Caruso ilustrado. 
Hace apenas unos años, el pigmeo Luquitas, festejaba con un cajón azul y amarillo. Sin embargo el último Domingo refugió a su equipo como si estuviese enfrentando al Brasil de 1970.
En su imaginación Luquitas, considera que perjudico a Central en una hipotética obtención del campeonato. Lo cierto es que Central podrá o no ser campeón, pero su suerte no depende de Ñubel, quien ha aportado 4 puntos sobre 6 disputados, para que hoy nos encontremos al tope de la tabla. 
Es más, si hipotéticamente hubiesemos jugado los 30 partidos de este torneo contra Ñubel, Central hubiese sumado la considerable cifra de 60 puntos. Probablemente mas de los obtengamos finalmente en la sumatoria.
El pequeño Luquitas, aprendió a fuerza de derrotas y humillaciones que los muertos se cuentan fríos y tal vez el gesto de la vuelta se lo haya enseñado su papá (reconocido hincha de Central) porque al fin y al cabo en Arroyito sumamos 10 títulos oficiales.
Dicen que las ideas no se matan, pero lo que queda claro después del último Domingo es que nunca mas vamos a escuchar hablar de la escuela de la posesión o del Barza Argentino; tal vez la última estocada de esta seguidilla histórica, porque si algo nos faltaba para demostrar que con Central les tiemblan las piernas, era hacerlos abandonar, pero esta vez los ideales.
Salud!!!